Hacia un manejo efectivo de los desperdicios sólidos de Puerto Rico

Categoría: Ambiente, Colegio, Sin categoría

Fecha: 03/06/2017

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Por Alejandro Pinto Flores, PE

¿Cuál es la realidad del manejo de los desperdicios sólidos?

El manejo de los desperdicios sólidos en Puerto Rico es, sin lugar a dudas, una de las situaciones ambientales más apremiantes que tenemos, ya que múltiples factores nos han llevado a que tengamos grandes retos para alcanzar un manejo integral y efectivo de los desperdicios, medio ambientalmente sostenible y sustentable en el tiempo. Cifras oficiales emitidas por la Autoridad de Desperdicios Sólidos (ADS) en el “Itinerario Dinámico para Proyectos de Infraestructura” indican que la tasa de generación de desperdicios en la isla es de 5.56 libras por persona. Esta tasa de generación es superior a la tasa promedio de generación de Estados Unidos, la cual es 4.40 libras por persona y de otros países desarrollados del mundo. El mismo documento nos indica que la tasa de desvío (“reciclaje”) es de solo 15.4%, la cual está distante del 34.3% que se recicla en los Estados Unidos y del 35% que requiere la “Ley para la Reducción y el Reciclaje de los Desperdicios Sólidos en Puerto Rico”. En adición, nuestra realidad de geográfica, nos limita la posibilidad de aumentar nuestra capacidad de almacenamiento de desperdicios, encontrando además que algunos de los vertederos existentes no se encuentran en cumplimiento de la totalidad de los requisitos medio ambientales que les corresponden. El mismo documento de ADS señala que en caso de no modificar las condiciones actuales (generación y tasa de desvío) se proyectaba que para el 2018 se alcanzaría la capacidad de almacenamiento disponible y no tendríamos donde disponer nuestros desperdicios.

Este panorama nos coloca en una situación muy comprometida que requiere acciones inmediatas y bien ejecutadas. Legislación y política pública como la prohibición del uso de bolsas plásticas en supermercados, o la reducción del volumen de empaque de los productos, podrían tener un efecto moderado a importante sobre el problema. Sin embargo, La solución a largo plazo tiene, necesariamente, que estar asociada a cambios en los patrones de generación de desperdicios de cada uno de los ciudadanos, un aumento de la tasa de desvío de materiales reciclables tradicionales y estrategias creativas que nos permitan minimizar la cantidad de desperdicios que finalmente disponemos en el terreno. Es importante el renfoque del proceso educativo que genere un cambio generacional en término de la consciencia ambiental de los ciudadanos, lo cual permitirá impactar significativamente las variables criticas de esta problemática de manera consistente. A corto y mediano plazo, debemos identificar aquellas alternativas que nos permitan reducir, al mínimo posible, la cantidad de desperdicios que finalmente tenemos que disponer. La clave en ambos casos es reducir en la fuente de generación e identificar uso y “valor” a aquellos que desperdicios que sean generados.

¿Es el reciclaje una opción real?  

El reciclaje es una de las alternativas que rompe el paradigma del manejo de los desperdicios asignándole “valor” al material. Es importante tener en cuenta que el valor de un “recurso” como lo es el material reciclable, el petróleo, o el oro, depende en gran medida de que exista un mercado que requiera ese recurso y que los costos asociados a su colocación en ellos (ej. generación, procesamiento, transporte, etc.) permitan su comercialización de manera económicamente viable.

Por esta razón, el reciclaje se perfila como una alternativa real y viable para nuestra isla, sin embargo, la industria del reciclaje, como la industria farmacéutica, o cualquier otra actividad económica, requiere estudios de viabilidad que validen que existe un mercado para el producto (en este caso cada uno de los materiales reciclables a ser recuperados) y que esto permita generar ganancias luego de cubrir todos los costos asociados. En Puerto Rico existen diferentes compañías dedicadas exclusivamente al reciclaje, e incluso, algunas compañías dedicadas a la disposición de desperdicios y operación de sistemas de rellenos sanitarios o vertederos, han visto una oportunidad en el reciclaje y lo han incorporado dentro de sus unidades de negocio.

Por otra parte, no podemos perder de perspectiva que el reciclaje no pude ser considerado como la opción única y final a la problemática del manejo de desperdicios sólidos, debido a que, aun luego de crear mercados locales, y fortalecer el acceso a los mercados internacionales, siempre habrá una fracción de desperdicios que no podrán ser recuperado y aprovechado a través del reciclaje. Se puede aumentar considerablemente la tasa de reciclaje en nuestra isla, sin embargo, el reciclaje por sí solo no resolverá el problema de manejo de desperdicios sólidos. Razón por la cual, el reciclaje debe ser entendido como un elemento fundamental, pero debe encontrarse enmarcado en una planificación integrada que permita complementarlo con estrategias de reducción en la fuente, alternativas de re-uso, otras alternativas de reutilización de materiales e inclusive, la disposición adecuada de la fracción de los desperdicios restantes.

¿Qué elementos debe tener un programa eficiente de reciclaje?  

Un programa eficiente o sostenible de reciclaje, a nivel de Puerto rico debe impactar tres áreas principales: el ambiente, el bienestar social y el desarrollo económico. Si el reciclaje no impacta positivamente las tres áreas tenderá a no ser efectivo a largo plazo. Dentro de los aspectos básicos, el programa debe atender la segregación y acopio del material, donde la educación y la consciencia ambiental ciudadana juega un rol protagónico. Es en este punto donde se determina la cantidad y calidad del material a ser procesado y lo eficiente que puede ser el programa. El segundo aspecto es el recogido y transportación, el cual es muy relevante en dos vías: permite transportar los recursos de manera económicamente viable, para ser aprovechado y mantiene la motivación de la ciudadanía que percibe que sus esfuerzos tienen continuidad. Un mal manejo del material en el recogido y transporte podría causar pérdida de recurso (por ejemplo, contaminación del material), aumento en costos de transporte y la desmotivación de la ciudadanía en caso de que el material sea mezclado con los desperdicios sólidos no reciclable. El siguiente aspecto en el proceso es la instalación de recuperación de materiales (o MRF por sus siglas en inglés) la cual separa, recupera y prepara el material para ser retornado como materia prima a los mercados. En esta etapa, el uso de tecnologías que permitan alcanzar una óptima segregación y nivel de compactación adecuados son altamente relevantes. Por último, pero quizás el aspecto más importante, es la existencia de un o varios mercados estables que requieran el material a un costo que permita viabilizar el proceso.

La mayor parte de los materiales reciclables que se procesan en nuestra isla, son luego comercializados en el exterior, lo cual encarece el proceso debido a los costos de transporte y lo hace más vulnerable a factores externos. Para que el reciclaje sea aún más próspero, se hace imprescindible generar industrias locales que permitan cerrar el ciclo del material en nuestra isla (generación, procesamiento, mercadeo y utilización como materia prima).

¿Cómo se puede impulsar el desarrollo de empresas relacionada al manejo de desperdicios?

Es necesario que se invierta en el establecimiento de instalaciones que cierren el ciclo de los materiales reciclables. En el pasado el ciclo del reciclaje del vidrio se realizaba completamente en la isla y debemos aprender de los aciertos y desaciertos de esa experiencia, para revivir está industria y replicarlo para otros materiales reciclables. Se deben realizar estudios de viabilidad detallados para asegurar que las inversiones podrán ser viable. Una alternativa para impulsar este tipo de industria es establecer una estructura de incentivos, para que compañías (locales e internacionales) vean una oportunidad para establecerse en Puerto Rico y atender conjuntamente con gobiernos municipales y el gobierno estatal el manejo de los desperdicios sólidos.

Aun cuando es la creencia general, no es correcto pensar que la disposición (tomando en cuenta que esta alternativa conlleva una serie de costos y el material no tiene valor) pueda ser más económica que el reciclaje, donde el material tiene un valor económico. Se debe exigir a todos los operadores de vertederos que cumplan con todos los requisitos de leyes ambientales Locales y Federales y cerrar paulatinamente aquellos vertederos que no logren alcanzar cumplimiento. Esto conllevará un ajuste de los costos de disposición de los desperdicios sólidos, protegiendo nuestro medio ambiente y la salud de las comunidades aledañas a los vertederos, y haciendo que el reciclaje sea una alternativa mucho más económica que la disposición para todos los generadores (hogares, comercios, industrias, dependencias gubernamentales).

El reto que tenemos por delante es de grandes proporciones, sin embargo, el nivel de importancia que esto tiene para proteger nuestra calidad de vida y los recursos naturales de nuestro 10X35 amerita que la ciudadanía, gobierno y sector privado trabajen en conjunto “Hacia un Manejo Efectivo de los Desperdicios Sólidos de Puerto Rico”.

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