Comunicado de prensa facturación por la AEE
20 de septiembre de 2011- El Presidente del Colegio de Ingenieros y Agrimensores de Puerto Rico (CIAPR), Ing. Angel L. Gonzalez dijo hoy que para superar la actual crisis en el precio de la electricidad, achacado principalmente al llamado ajuste por combustible, es imprescindible que como país se adopte una reforma energética de consenso, fuera de consideraciones improvisadas. Es imprescindible analizar científicamente alternativas viables, incluyendo las fuentes renovables con potencial de desarrollo. “El precio de la electricidad es una preocupación tan seria hoy día en el país, que tenemos que aprovechar este momento histórico para lograr un plan de consenso y que trascienda cambios de gobiernos”, expresó.
“La AEE sufre de una falta de confianza del pueblo sin precedentes y esto en momentos de una recesión económica que no ha terminado. Nos corresponde a los ingenieros asumir liderato para explicar la realidad científica del cuadro que presenta la Autoridad. Nuestra Institución ha nombrado una Comisión que ya está trabajando para presentar una propuesta viable que atienda los muchos problemas de la AEE de forma definitiva. Incluirá vistas públicas para que participen los colegiados y representantes de la comunidad. Presentaremos esta propuesta a todos los aspirantes a gobernar este país para las próximas elecciones y los retaremos a implementarlas. Deben entender que son los ingenieros, científicos y expertos en este tema quienes deben presentar soluciones, y no asesores motivados políticamente”, expresó el Presidente del CIAPR.
“Tenemos que considerar nuestras características únicas como país. No podemos tratar de copiar improvisadamente métodos que han sido útiles en otros lugares con características distintas”, dijo el Ing. Gonzalez, acompañado del Ing. Juan F. Alicea, ex Director de planificación y protección ambiental de la AEE. La recomendación del CIAPR es renovar la infraestructura de generación con modelos de mayor flexibilidad operacional identificando métodos de financiamiento extraordinarios para poner al día la infraestructura existente con niveles superiores de eficiencia.
Dentro de estas alternativas que deben ser revisadas seriamente está la energía renovable conocida como océano termal, que es no intermitente, capaz de funcionar 24 horas al día, 365 días al año. “La tecnología energía océano termal tiene grandes oportunidades de desarrollo en P.R. y se puede generar en forma continua. Produce energía y agua. Esta alternativa, entre otras, es la opción que venimos buscando y eliminaría la necesidad del ajuste por combustible”, explicó Alicea.
Esta tecnología, de la que se ha hablado muy poco en la Isla en los últimos 30 años, merece, a juicio del Colegio, una inversión para investigarse seriamente. “Aquí tenemos las condiciones de calor y océano perfectas para que funcione. No estamos en momentos de dar palos a ciegas hablando de alternativas que ya han sido descartadas por expertos por no adaptarse a las condiciones de la Isla. Tenemos que considerar lo que es idóneo para las condiciones específicas de la Isla”. De hecho, añadió, el Departamento de Energía federal tiene fondos asignados para investigaciones de este tipo y en Puerto Rico existe talento especializado de sobra para ponerlo en marcha. Además, la Legislatura debe analizar urgentemente si las condiciones bajo las cuales se concedieron los incentivos de interés social o subsidios son válidas hoy día. “Los subsidios le cuestan al pueblo sobre $70 millones al año y muchas de las premisas bajo las cuales se crearon ya no aplican. Por ejemplo: el subsidio a hoteles se creó hace décadas en un momento de crisis en la industria de Turismo que hoy día no se justifica. Otro ejemplo es el subsidio que se otorga a las iglesias, que pagan tarifas residenciales y cuya diferencia paga el consumidor”, dijo Alicea.
Igualmente importante para los subsidios que sean menos onerosos para el pueblo, es que la Legislatura identifique fuentes de repago específicas. “Con la misma creatividad que aprueban nuevos subsidios, deben identificar fondos de repago de modo que no sean una carga injusta para el resto de los consumidores,” dijo.
Igualmente vital es que la AEE haga una de sus prioridades reducir el robo de electricidad o pérdidas no técnicas, que le cuestan al consumidor entre $100 a 150 millones al año. También hay que buscar alternativas para mejorar la eficiencia de la transmisión y distribución, es decir, reducir lo que se conoce como pérdidas no técnicas. “Para lograr esto, los centros grandes de demandas deben estar lo más cerca posible a los centros generación por lo que en el futuro se debe buscar un balance geográfico ente los centros de cargas y los grandes bloques de demanda”, dijo Alicea. Una manera de hacer esto es estimular a las farmacéuticas e industrias nuevas a localizarse en el sur de la Isla, donde se produce una gran cantidad de electricidad que tiene que transmitirse al norte y al oeste. “Mientras más cerca el centro de la demanda esté del centro de generación, menos pérdida existe”.
“De todas estas recomendaciones que planteamos, hay dos que son sencillas, no requieren inversión de mejoras capitales y en las que hay un amplio consenso: revisar el exceso de subsidios y reducir el robo de electricidad. Exhortamos a los directivos de la AEE a poner en marcha de forma agresiva estos dos renglones en lo que se dilucidan soluciones más complejas”, dijo el Ing. Angel L. González, Presidente de 11,000 colegiados en el país.
El ajuste por combustible
En Puerto Rico la factura de energía incluye un factor de ajuste de combustible desde 1948. Este tipo de fórmula es común en todos los suplidores de energías, cuyas fuentes combustibles están expuestas a cambios frecuentes.
La tarifa de la AEE está compuesta por:
- Un cargo básico
- Un cargo por ajuste de combustible
- Un cargo por compra de energía
De estos tres renglones, es el ajuste de combustible el que ha creado una seria controversia que cada día parece complicarse más en lugar de aclararse.
La fórmula de ajuste por combustible es la siguiente:
Esta fórmula, que de sólo verla podemos entender la gran confusión general, forma parte de nuestra estructura tarifaria desde 1948, y tienes dos objetivos:
Recuperar el gasto por el combustible que se utiliza en las centrales generatrices de la AEE, el cual puede variar de mes a mes.
Recuperar ese gasto lo más cercano posible al momento de desembolsarlo su pago.
La fórmula incluye variables técnicas, financieras y sociales. El asunto clave es el 11% que debe ser separado por la AEE (y requerido por Ley), para suplir la aportación en lugar de impuesto. Esto es una variable de índole social. Se requiere que la AEE separe el 11% de los ingresos brutos para ser utilizado para lo siguiente:
- Los subsidios dispuestos por ley.
- El programa de electrificación rural.
- Las obligaciones del sistema de riego.
- El pago a los municipios.
- Los fondos internos para el financiamiento del programa de mejoras permanentes.
“En el exceso de subsidios y la pérdida de energía por robo o transmisión, están dos medidas ejecutables a corto plazo. A mediano y largo plazo, los asuntos por resolver en la AEE no sólo le compete resolverlo a la corporación, sino a la Legislatura que ha impuesto incontables cargas onerosas que termina pagando el pueblo. Los asuntos energéticos no tienen soluciones mágicas, y es por eso que requieren planificación y no improvisación. Puesto que los planes en la AEE son a largo plazo, cambiar de enfoque y prioridades cada cuatro años nos hace daño a todos. En Puerto Rico necesitamos una combinación de gestiones científicas para que la AEE pueda ejecutarlas libre de intereses políticos.”, concluyó el Presidente del CIAPR.
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