¿Cuáles son los Principales Problemas Ambientales en PR? ¿Hay algo que los ciudadanos podamos hacer?

Categoría: Ambiente, Colegio, Comunidad

Fecha: 11/16/2016

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Por Alejandro Pinto Flores, PE

Si evaluamos los principales problemas ambientales que nos aquejan en Puerto Rico, la mayoría concluirá que son la contaminación de los cuerpos de agua (quebradas, ríos, lagos y costas), el manejo actual de los desperdicios sólidos y el aprovechamiento no sostenible de los recursos naturales. Sin embargo, quizás el principal problema que tenemos en nuestra isla, el cual no es exclusivo de Puerto Rico, es la ausencia de una conciencia ambientalmente responsable y sostenible, desde la unidad básica de la sociedad, que somos cada uno de los hombres y mujeres que tenemos el privilegio de habitar este 100×35 lleno de bellezas y recursos naturales de gran valor, que llamamos Puerto Rico. En la mayoría de los casos no es por falta de interés, sino por falta de conocimiento sobre el impacto que tenemos sobre nuestro ambiente y las consecuencias que ese impacto puede revertir en nuestra sociedad y en las futuras generaciones.

Uno de los ejemplos más notables a nivel de la comunidad sobre los desafíos que tenemos con relación a la contaminación de nuestros cuerpos de agua, son los informes de los resultados de monitoreo de playas emitido por la Junta de Calidad Ambiental, el cual, con mucha frecuencia, incluye playas con “bandera amarilla” lo cual significa que dichas playas presentaron niveles de contaminación bacteriológica por encima de los niveles aceptable para el disfrute de los bañistas. Pero la presencia de Enterococos (indicador utilizado para este informe) no es el único contaminante que afecta la calidad de nuestros cuerpos de agua, ni las playas son los únicos cuerpos de agua impactados en nuestra isla. El Deterioro de la calidad de los cuerpos de agua es una situación que está asociada a un complejo entramado de situaciones que generan que contaminantes tengan acceso a nuestras quebradas, ríos y eventualmente a nuestras costas.

El manejo inadecuado de algunas aguas residuales, por descargas ilícitas a cuerpos de agua (algunos de gran valor ecológico), los nutrientes y fertilizantes aportados por algunas actividades agrícolas y pecuarias, otros contaminantes, como aceites y sedimentos, que son descargados a los sistemas de agua de escorrentía de lluvia, entre otras situaciones hacen que el problema sea uno muy complejo. Si a esto le añadimos la situación económica, que nos limita para realizar obras y mantener la infraestructura existente, encontramos un panorama oscuro. Una consecuencia directa de esta problemática es la destrucción de arrecifes de coral, praderas de yerbas marinas, mangles y humedales, lo cual, crea un desbalance en los ecosistemas marinos y tiende a afectar, en algunos casos de forma irreparables, los valiosos recursos marinos que tenemos. Otra de gran relevancia es que esta situación dificulta y encarece el proceso de generar y servir agua potable a cada uno de nuestros hogares.

En términos del manejo de desperdicios sólidos, es una situación que debemos atender con mucha premura, ya que nuestra condición de isla nos presenta grandes retos para manejar nuestros desperdicios. Cifras oficiales emitidas por la Autoridad de Desperdicios Sólidos (ADS) en el “Itinerario Dinámico para Proyectos de Infraestructura” indica que la tasa de generación de desperdicios de Puerto Rico es de 5.56 libras por persona. Esta tasa de generación es superior a la tasa promedio de generación de Estados Unidos, la cual, es 4.40 libras por persona y de otros países desarrollados del mundo. El mismo documento nos indica que la tasa de desvío (reciclaje) es de solo 15.4%, la cual, está distante del 34.3% que se recicla en los Estados Unidos y 35% que requiere la “Ley para la Reducción y el Reciclaje de los Desperdicios Sólidos en Puerto Rico”. En adición, nuestro 100X35 y otros elementos de nuestra isla, nos dificulta aumentar la capacidad de almacenamiento de desperdicios, cumpliendo con las reglamentaciones ambientales. El mencionado Itinerario de ADS señala que, en caso de no modificar la condición inicial, se proyecta que para el 2018 se alcanzaría la capacidad máxima de almacenamiento de Puerto Rico y no tendríamos donde disponer nuestros desperdicios.

El aprovechamiento o uso de los recursos naturales que en algunos casos hacemos, no está acorde a la capacidad de regeneración de nuestro medio ambiente, lo cual, afecta el balance y genera efectos, en algunos casos irreversibles. En este aspecto, podemos incluir desde cómo utilizamos el agua y energía en nuestro día a día, hasta como tratamos nuestras playas y ecosistemas en nuestros tiempos de disfrute.

Otra problemática que debemos atender es la emisión de contaminantes a la atmosfera, incluyendo gases que causan el efecto invernadero. Aun cuando las condiciones meteorológicas de nuestra isla no propician episodios de contaminación atmosférica severos, como los que ocurren en California, Santiago de Chile, Bogotá y otras ciudades, no deja de ser importante la cantidad de contaminantes que emitimos principalmente en las instalaciones de generación de electricidad y nuestras carreteras debido a la cantidad de vehículos que transitan y, en tercer término, los contaminantes que emitimos de nuestras actividades industriales.

Todos los problemas que se han presentado, guardan alguna relación con la consciencia ambiental ciudadana. Si bien es cierto, que la economía, las condiciones geográficas y otros aspectos pueden ser altamente influyentes, el comportamiento de cada uno de los individuos es un elemento que podría generar grandes cambios en la huella que dejamos sobre nuestro ambiente. Bajo este panorama presentado para nuestra isla, “Juan del Pueblo” podría pensar, Yo no puedo hacer nada para resolver estos problemas; eso le toca al gobierno, los profesionales, las Universidades y las Industrias. Sin embargo, cada uno de nosotros juega un rol protagónico en el mejoramiento de los desafíos medio ambientales que tenemos.

¿Podemos hacer algo tú y yo?

Cuando cada uno de nosotros decide NO botar el aceite del vehículo por la alcantarilla, ni lavar la marquesina y la calle frente a nuestras casas con agua y jabón estamos evitando la contaminación de los cuerpos de agua. Cuando usted y yo modificamos nuestros patrones de consumo, reducimos la cantidad de desperdicios que generamos y separamos de la basura los materiales reciclables y los desperdicios especiales (aceite de cocina, baterías, equipos electrónicos, entre otros) y los llevamos a instalaciones que manejen estos materiales estamos aportando a atender la problemática de los desperdicios sólidos. En el momento que usted adquiere un vehículo híbrido, hace “Car-pooling”, utiliza otros medios de transporte como las bicicletas, el tren urbano, o inclusive caminar, reducimos nuestro aporte a la contaminación atmosférica.

Si en nuestro diario vivir cerramos la llave de agua cuando no la estamos utilizando (por ejemplo, al lavarnos los dientes, colocarnos jabón o lavar los platos), reducimos el tiempo que tomamos en ducharnos, instalamos equipos que reduzcan el consumo de agua, entre otras estrategias para reducir el consumo de agua, instalamos lámparas led, equipos “Energy Star” Aires acondiciones “Inverter”, apagamos las luces cuando no estamos en el área, apagamos o aumentamos la temperatura unos cuantos grados de los aires acondicionados cuando no estamos utilizando esa habitación, entre otras estrategias que reducen el consumo de energía, instalamos fuentes de energía renovable en nuestros hogares, utilizamos bolsas de tela para hacer compras en lugar de bolsas plásticas, no arrojamos basura en las calles o expresos, no dejamos desperdicios en las playas luego de un día de disfrute, no pisamos corales vivos en los arrecifes, entre otras, estamos contribuyendo directa y significativamente al aprovechamiento responsable y sostenible de los recursos naturales que tenemos y a la atención de todos los problemas que mencionamos anteriormente.

Luego de leer este artículo, el reto para todos nosotros es educarnos más para alcanzar una conciencia responsable con el ambiente, implementar estas y otras estrategias disponibles para impactar positivamente a nuestros recursos, enseñar a nuestros hijos, padres, familiares, amigos y vecinos que todos podemos aportar para proteger este 100×35 lleno de bellezas y recursos naturales de gran valor, que llamamos Puerto Rico.

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